domingo, 30 de junio de 2013

Lámina 3-4




3-4
Caos versus vida

De la cosmología a la teología: Masa de aguas.

Este relato responde a las categorías propias de la época en que fue escrito. La masa de aguas está emparentado con el “océano caótico” de diversas mitologías de la época (Babilonia). No hay una dependencia directa de los textos pero si una intencionalidad concreta en los escritos de este tipo en aquella época: El cosmos, la tierra el mundo y el hombre no aparecen en la dimensión del espacio y tiempo por pura casualidad, sino que entran en la Historia por libre voluntad de Dios.
Este texto de la Creación tiene un contenido doctrinal muy concentrado. Todo lo que nos trasmite está perfectamente medido, sopesado, meditado y precisado. Todo tiene una perfecta intencionalidad que al descubrirla nos permite actualizar teológicamente el relato. No podemos pues hacer una lectura cosmológica en el relato, sino una lectura teológica que parte de una profunda experiencia de Dios como Señor del Universo, origen de Cielo y Tierra, que crea al hombre, lo elige y lo salva.


El caos y el abismo: Obscuridad.


El texto en este momento nos presenta la identidad del abismo. Tres términos definen el marco en el que se encuentra el abismo: Informe, vaciedad, tiniebla.  Los tres términos lo definen como una realidad sin forma, sin contenido y en obscuridad o tiniebla. La imperfección aparece perfectamente remarcada en su negatividad por tres límites imperfectos.
El abismo informe subsiste después de la creación indicada en el versículo anterior, para indicarnos de este modo que lo creado puede ser devorado por el abismo. La nada, la obscuridad, el abismo, puede anular la obra de Dios siempre que la obra creadora no responda al modo y fin de su propia realidad, esto es, el objetivo para el que ha sido creada. El abismo representa una constante y permanente amenaza para las creaturas. Estamos pues ante el milagro de la creación partiendo pues de la negación de esta.


El milagro de la vida


El Ruah de Dios, la tempestad de Dios, representa la esperanza de la posibilidad de la vida. El texto de esta lámina es un canto al milagro de la vida por excelencia. El germen de la vida que verá la luz en la lámina siguiente, está en su fase primigenia rodeado de agua. Y obscuridad. Pero toda vida está siempre tocada por el don de Dios que la llevará a la luz. El agua representa la posibilidad del crecimiento que hace germinar y conduce al fruto.

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